¡Hola a todos!
En esta entrada comentaré los contenidos vistos en clase sobre el Tema 1 de la asignatura Didácticas de la Enseñanza de las Lenguas Extranjeras, impartida por el docente Gonzalo Constela y os dejaré mi reflexión al respecto.
Empiezo esta entrada con un apartado más teórico en el que quería comentaros algún contenido visto en clase como los términos lengua inicial, lengua segunda y lengua extranjera que son los contextos de adquisición de un idioma. Creo que nos pasa a todos que muchas veces confundimos estos términos y/o creemos que significan lo mismo, y por eso quería definirlos en esta entrada. La lengua inicial (L1) es la primera lengua que adquirimos, no la aprendemos con la intención propia de aprendizaje sino como forma de comunicar, de manera inconsciente antes de una etapa escolar. También la denominan lengua materna, aunque este término puede llevar a confusión, ya que lo asocian como el idioma de la madre en exclusiva y no resulta razonable, ya que no cumple con los principios de equidad. La segunda lengua (L2) es la que adquirimos después de la lengua inicial, cuando quien la aprende vive en un lugar en el que tal lengua es la nativa de la mayoría de la población. Como, por ejemplo, un emigrante en contacto con el idioma del país que lo acoge. Y la lengua extranjera (LE) es cuando la lengua en cuestión no es la nativa de la sociedad, así, por ejemplo, el inglés en España es una LE. Esta se adquiere en un contexto escolar, de forma consciente y con una intención clara. Estos dos últimos términos son los que pueden ser más confusos, pero podemos distinguirlos viendo la forma de adquisición del idioma, es decir, si el aprendizaje se produce por el simple contacto, adquisición natural (L2), o, cuando además del contacto, el aprendiz asiste a clases formales, adquisición mixta (LE).
Por otro lado, atendiendo al contexto de uso de un idioma podemos diferenciar entre los términos lengua habitual, lengua de trabajo y lengua vehicular que también pueden llevar a confusión. La lengua habitual es aquella que se utiliza de manera habitual en la mayor parte de contextos comunicativos, que no necesariamente debe ser la lengua inicial. La lengua de trabajo es aquella que representa el principal medio de comunicación de una empresa u organismo como, por ejemplo, en la Unión Europea o en la empresa Inditex. Y, por último, la lengua vehicular o lengua franca que es aquella utilizada como medio de comunicación entre hablantes de diferentes lenguas. Esta se negocia/escoge según la finalidad o la actividad concreta que se vaya a realizar como, por ejemplo, en ferias internacionales donde se reúnen compañías de diferentes países con idiomas diferentes, estos negocian una lengua de trabajo con la que se van a comunicar entre ellos. Os dejo por aquí un artículo que me pareció súper interesante que habla un poco sobre los factores e incidencias de enseñanza/aprendizaje en el ámbito de las lenguas y que ayuda a entender un poco más todo esto.
Ya centrándonos en las actividades prácticas realizadas en clase, empezamos el tema haciendo referencia a los diagramas de Venn, un sistema de círculos que se emplea para mostrar de forma gráfica la agrupación de elementos en conjuntos. Cada conjunto se representa mediante un círculo y existen varios tipos de diagramas de Venn: conjuntos independientes (conjuntos formados por elementos que no tienen ninguna característica común); inclusión o subconjuntos (un conjunto que pertenece a otro conjunto); intersección (punto donde encontramos elementos que tienen una característica común con elementos de otro o más conjuntos); unión (conjunto de una amplitud mayor que reúne a uno o más conjuntos). En el aula pusimos en práctica este sistema y en pequeños grupos de 3 estudiantes, tuvimos que elaborar un diagrama con las diferencias y similitudes entre nuestra lengua inicial y una lengua extranjera, por lo que creamos un diagrama de intersección. En nuestro caso comparamos el castellano con el inglés y tengo que decir que nos resultó un poco complejo, ya que encontrábamos más diferencias que similitudes. Pero la verdad es que emplear los diagramas de Venn me parece práctico para repasar el conocimiento del alumnado de un modo colaborativo.
Otra actividad llevada a cabo en el aula consistió en realizar nuestro propio repertorio lingüístico personal para, finalmente, crear el repertorio lingüístico de toda la clase en conjunto. Antes de nada, definir que es un repertorio lingüístico. Según el Centro Virtual Cervantes “el repertorio lingüístico o verbal es el conjunto de habilidades que una persona posee en relación con el uso de una o más lenguas y de las distintas variedades de cada una de ellas”. Para crear nuestro repertorio lingüístico empleamos dos cuadros: lenguas y variedades lingüísticas. Las lenguas y variedades en color verde son de conocimiento activo, es decir, aquellas que podemos comprender y producir, ya sea de forma oral o escrita, y las de color azul son de conocimiento pasivo, es decir, las comprendemos, pero no somos capaces de producirlas. Por ejemplo, los que hablamos gallego podemos comprender, en cierta medida, el portugués debido a que son idiomas muy parecidos, pero no significa que sepamos expresarnos correctamente en ese idioma. A continuación, os dejo el repertorio lingüístico de mi grupo-aula.
Esta actividad fue la que más me llamo la atención, ya que considero que es una manera muy visual de hacer que el alumnado reconozca sus propias competencias lingüísticas y para que el docente entienda mejor como son sus alumnos. Si tenemos en cuenta el conocimiento pasivo que tenemos de una lengua nos puede ayudar a motivarnos a estudiar esa lengua, ya que realmente ya sabemos algo sobre ella. Además, cuanto mayor sea el repertorio lingüístico del alumnado, más capacidad tendrán de enfrentarse a nuevas situaciones comunicativas.
En resumen, gracias a estas sesiones creo que nos quedó a todos mucho más claro las distintas terminologías existentes de lenguas (L1, L2…) que me parece algo importante a tener en cuenta. Por otro lado, la práctica realizada me parece muy interesante y creo que la podemos aprovechar para emplearla en nuestras futuras aulas. Además, el hecho de realizarla en grupos y creando debates contribuye a que todos participemos y aportemos nuestras ideas haciendo que la clase se haga más amena.